El cielo lloraba por él

Ayer por la mañana Lucky ya no estaba bien. Hace una semana le habían diagnosticado un tumor que estaba muy avanzado afectando a ciertos órganos y decidimos antes de sacrificarlo darle un tratamiento paliativo contra el dolor. Durante esa semana aún comía, se levantaba, ronroneaba, dormía conmigo y quería compañía. Por la noche seguía subiendo a mi cama para buscar su almohada y dormir a mi lado.
Pero la noche del domingo al lunes ya no quiso estar conmigo, buscaba la soledad y estar en un rincón, su mirada era triste y de dolor.
Por la mañana amaneció lloviendo seguro que el cielo lloraba por él porque estaba llegando su momento. Aunque llovía quiso salir al balcón y mojarse y miraba la calle entre los barrotes era como si por última vez quisiera notar las gotas de agua en su cuerpecito.
Al mediodía salió el sol y por última vez hice lo que a él más le gustaba subirlo al terrado. Allí dio un par de vueltas pero no podía más y se tumbó con su hocico estirado olía el aire y me miraba con tristeza.

16 años después Lucky ha tenido que partir, se que ha sido un gato feliz hasta sus últimos instantes porque lo último que vio antes de dormirse para siempre fueron mis ojos. No pude despegarme de él y mientras iba apagándose yo lo tenía entre mis manos y nuestras miradas fijas. Lucky te quiero, te echo muchísimo de menos, no he tenido mejor amigo y compañero en esta vida, en mis mejores y peores momentos siempre estuvo a mi lado incondicionalmente.
Hoy de nuevo hay un angelito en el cielo y yo se que algún día volveré a encontrarme con él, mientras esperame estés donde estés que por mi parte siempre estarás en mi corazón.

Las últimas fotos suyas en el terrado de casa.